Por Manuel Garcia 
Fernando Valenzuela Anguamea, conocido mundialmente como «El Toro», fue un ícono del béisbol mexicano que trascendió fronteras. Su historia es una de superación, talento y pasión por el deporte.
Los Orígenes de una Estrella
Nacido en Etchohuaquila, Sonora, México, en 1960, Valenzuela creció en un entorno rural con escasos recursos. A pesar de las limitaciones, su amor por el béisbol lo llevó a destacar desde temprana edad. Su habilidad para lanzar una curva excepcional, conocida como «tirabuzón», lo diferenciaba de otros lanzadores.
El Fenómeno de la Fernandomanía
En 1980, Valenzuela debutó en las Grandes Ligas con los Dodgers de Los Ángeles. Su llegada generó una euforia sin precedentes, tanto en Estados Unidos como en México. La «Fernandomanía» se apoderó de ambos países, convirtiéndolo en uno de los deportistas más populares de su época.
Su primer año fue espectacular. Ganó los premios de Novato del Año y Cy Young de la Liga Nacional, además de llevar a los Dodgers a conquistar la Serie Mundial. Su carisma, combinado con su talento en el montículo, lo convirtieron en un ídolo para millones de fanáticos.
Una Carrera Llena de Éxitos
A lo largo de su carrera, Valenzuela logró numerosos reconocimientos:
- 6 veces seleccionado al Juego de Estrellas.
- 2 Bates de Plata.
- Más de 2,000 ponches.
- Campeón de la Serie Mundial en 1981.
- Retiro del número 34 por los Dodgers de Los Ángeles.
Legado Imborrable
Fernando Valenzuela no solo fue un gran beisbolista, sino también un símbolo de la unión entre México y Estados Unidos. Su legado trasciende las estadísticas y los premios. Fue un ejemplo de perseverancia, humildad y pasión por el deporte.
Lamentablemente, hoy martes 22 de octubre de 2024, Fernando Valenzuela falleció a los 63 años. Su partida deja un profundo vacío en el mundo del béisbol y en el corazón de sus seguidores. Sin embargo, su espíritu y su legado vivirán por siempre en la historia del deporte.