Por: Marco A. Borboa Trasviña
Cronista Municipal
Don “Tino Chivero” y “Los Chiveros”, 73 años deleitando el paladar guasavense.
Don Fortino García Robles, conocido como “Tino Chivero” nació el 17 de mayo de 1934, año en que inicia el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río y 6 años que iniciara la Segunda Guerra Mundial; y, falleció el 26 de agosto de 2023.
Su vida inicia en condiciones muy adversas, al nacer huérfano de padre, pero por fortuna con una madre muy recia y estricta que lo formó por el buen camino, el del trabajo y con el paso del tiempo fue adquiriendo las herramientas para ser un gran negociante y emprendedor, principalmente, en la compra y venta de ganado caprino, que al principio, solamente destazaba para vender al público y para preparación de comidas como barbacoa por encargo.
Pero, la historia de las comidas preparadas como barbacoas y distintas maneras de preparar el chivo, por don “Tino Chivero” comienza cuando el tenía apenas 15 años, en el año de 1949.
Su hijo Jorge Alonso García Medina, nos dice que su papá se puso el apodo Tino Chivero y que ellos (sus hijos) por sus negocios, los conocen como los chiveros, muy orgullosamente. Comenta también Jorge Alonso que su papá desde muy joven iba a Bachoco cada tres días en bicicleta y se traía una cabra, se la terciaba en el cuello y que antes de llegar a Guasave hacía dos paradas, la primera a la altura de Los Hornos y la segunda en el alamón de la 300 en San Antonio, hasta llegar a Guasave. Destazaba el chivo o chiva, vendía la carne y si caía alguien que le pidiera preparar una comida, lo hacía.
Con el paso del tiempo, don “Tino Chivero”, empezó a tener sus propias chivas chivos y borregos, sus corrales, llegando a tener hasta 800 animales, pasando a tener un negocio con su hijo Jorge Alonso de venta de carne en canal, para todos los birrierros de Guasave.
EL SOMBRERO.
El particular y gran sombrero que usó don Tino por más de 50 años y que no se le puede recordar sin él, porque era parte de su personalidad, es de origen michoacano, de la localidad de Sahuayo. Dice su hijo Jorge Alonso que en cierta ocasión don Tino vio en La Barca, Jalisco a un señor con uno de esos y que inmediatamente se enamoró, no del señor, sino del sombrero y se dijo, de aquí en adelante voy a usar sombreros como ese y así se distinguió en Guasave. Le mandaban hacer los sombreros por docenas y todos sus hijos e hijas tienen uno en su casa, honrando su memoria.
En entrevista con Jorge Alonso García Medina, hijo de don “Tino Chivero” y dueño de la “Birriería «Los Chiveros”, nos comenta que: “mi papá en este mismo local tenía un restaurante en 1972, año que los algodoneros fueron campeones, el negocio se llamaba “Bullpen”, después se cambió a las calles Dr. de la Torre y Madero, cerca donde estaba la famosa licorería “La Pasadita”.
En cierta ocasión (1974), don Tino y su familia fueron invitados por políticos de Sinaloa y de Aguascalientes, para prepararles barbacoa, chivos y borregos asados, birria, mariscos, pescado zarandeado y camarones al gusto. Fue de tal agrado la comilonga, que lo invitaron a la Feria de San Marcos, sin pagar permiso para poner el negocio “Barbacoa y Mariscos Los Chiveros”. El puesto tenía casi 40 metros de largo donde vendieron la deliciosa comida guasavense.
Nos dice Jorge Alonso que su papá nació para hacer negocios, de todo hacía negocios, pero siempre establecido en su natal Guasave, nacido en El Cubilete. Asó pollos primero que nadie en Guasave y que Pancho Ochoa fundador de El Pollo Loco, lo invitó a salirse de Guasave para llevar su comida a otro nivel, pero don Tino nunca quiso dejar Guasave y a su querido equipo de béisbol Algodoneros.

Cuando Arturo, otro de los hijos de don Tino empezó con el negocio de mariscos, estaba terco en ponerle el nombre de una de sus hijas, pero su hermano Alonso le dijo: “pónle Chiveros, así nos conoce la gente, a tu hija no la conoce nadie, hasta que le puso como le dije”. Los Chiveros es una marca registrada, muy conocida y es la que vende.
Agradezco la atención de Jorge Alonso García Medina, hijo de don “Tino Chivero”, el haberme permitido hacerle la entrevista, que resultó en la presente crónica.
